Los ligamentos
juegan un rol muy importante en la estabilidad de la rodilla y por lo tanto su
ruptura llevará a una inestabilidad ya sea aguda o crónica. La estabilidad de
la rodilla está mantenida por elementos anatómicos pasivos, entre los cuales se
encuentran los ligamentos, cuya lesión dará signos de laxitud en distintos
planos y consecuentemente inestabilidad articular, y por otra parte elementos
anatómicos activos representados fundamentalmente por los músculos. De este
hecho cabe comprender que una rodilla puede ser laxa pero estable o, a la
inversa, puede ser inestable sin ser laxa.
Ligamento
cruzado anterior: está en la parte media de la rodilla y evita que la tibia se
deslice hacia afuera frente al fémur y
brinda estabilidad rotacional a la rodilla. Se inserta inferiormente en le área
intercondilea anterior de la tibia entre el tubérculo intercondileo medial
posterior, la inserción anterior del menisco lateral lateroposteriormente y la
inserción anterior del menisco medial anteriormente. Se fija en una zona de
inserción vertical sobre la mitad posterior de la cara intercondilea del
cóndilo lateral del fémur. Las lesiones del LCA están frecuentemente asociadas
con otras lesiones. El ejemplo clásico es cuando el LCA se desgarra al mismo
tiempo que el LCM y que el menisco medial (uno de los cartílagos amortiguadores
de la rodilla).
Los
adultos generalmente se rompen su LCA en la parte media del ligamento o el
ligamento se separa del fémur. Estas lesiones no sanan por sí solas. Los niños
tienen más probabilidades de que se separe su LCA con un pedazo de hueso
todavía adherido. Estas lesiones pueden sanar por sí solas o pueden requerir
una operación para reparar el hueso. Cuando el médico sospecha de una ruptura
del LCA, una RM puede ayudar a confirmar el diagnóstico. Este examen también
puede ayudar a evaluar otras lesiones de la rodilla, tales como lesiones en
otros ligamentos o cartílagos.
Algunas
personas son capaces de vivir y de desempeñarse normalmente con una ruptura del
LCA; sin embargo, la mayoría se queja de que su rodilla es inestable y puede
"fallar" al intentar realizar actividad física. Las rupturas del LCA
que no se reparan también pueden llevar a una artritis precoz en la rodilla
afectada.
Las
rupturas del LCA pueden deberse a lesiones por algún o ningún contacto. Un golpe
en un lado de la rodilla, como puede ocurrir en una atajada en el fútbol, puede ocasionar
una ruptura del LCA. La lesión del ligamento cruciforme
anterior (LCA) se puede describir como el desgarre
parcial o completo o el desprendimiento total o avulsión de las partes óseas
que forman la rodilla. Las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) son
muy comunes y, por lo general, se producen cuando se tuerce la pierna mientras
se aplica sobre ésta una fuerte presión hacia abajo. Hacer una parada rápida,
en combinación con un cambio de dirección al estar corriendo, girando,
aterrizando de un salto o extendiendo demasiado la articulación
de la rodilla (llamada rodilla hiperextendida) puede causar lesión al LCA.
El
baloncesto, el fútbol americano, el fútbol y el esquí son los deportes más
propensos de sufrir rupturas de LCA.
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