EPICONDILITIS


La lesión más característica de la articulación del codo . La causa de la epicondilitis es una inflamación de las inserciones musculares en el epicóndilo del codo. Es una variedad de tendinitis. La epicondilitis lateral, también llamada "codo de tenis", es el término que se utiliza cuando las inserciones musculares en la parte lateral del codo están inflamadas. La epicondilitis medial, epitrocleítis o "codo de golf" hace referencia a la inflamación de las inserciones musculares en la cara interna del codo. En ambos tipos de epicondilitis el dolor puede aparecer a nivel de la inserción muscular en el hueso del codo o se puede irradiar hacia los músculos del antebrazo y ocasionalmente hasta la muñeca. La epicondilitis generalmente se relaciona con el sobreuso o con un traumatismo directo sobre la zona. El dolor es más intenso después de un uso intenso o repetitivo de la extremidad. Las actividades que suponen prensión fuerte o rotaciones del antebrazo lo agravan especialmente.
Las causas incluyen:
1. Técnica de golpe inadecuada o agarre incorrecto de los palos de golf. Utilizar un modelo equivocado de palos de golf.
2. Técnica inadecuada para golpear una pelota de tenis.
3. Tamaño inadecuado de una raqueta de tenis o de las cuerdas de la raqueta
4. Hacer ciertos movimientos del brazo en demasía, como:
-Tiros de golf.
-Golpes de tenis (derechazos o servicios).
-Pintar.
-Barrer usando un rastrillo.
-Lanzamientos de béisbol.
-Remar.
-Usar un martillo o desarmador.
El tratamiento no quirúrgico tiene tres componentes principales:
1. Protección: la protección incluye:
-Reducir las actividades causantes de dolor.
-Modificar aquellas actividades que agravan el dolor.
-Disminuir el tiempo o intensidad de la actividad.
-Realizar descansos y estiramientos.
Otros métodos de protección son la utilización de una codera elástica o una férula de muñeca y ocasionalmente la inmovilización con yeso. Un programa de estiramientos puede ser útil por disminuir la tensión del músculo sobre el tendón afecto. Los estiramientos incluyen el brazo afecto, así como el cuello, parte superior de la espalda y hombro, mano, muñeca, antebrazo y tríceps.
2. Disminución de la inflamación: puede conseguirse con hielo, distintas modalidades de fisioterapia (como los ultrasonidos o la iontoforesis), medicación antiinflamatoria e infiltraciones con corticoides.
3. Fortalecimiento de los músculos y tendones: consisten en estiramientos y ejercicios de potenciación de los músculos y tendones afectos. Generalmente esto se hace después de que los pasos anteriores han conseguido que disminuya el dolor. En algunos casos, cuando el dolor no mejora con otras medidas, un programa de fortalecimiento conducirá a la resolución completa de los síntomas. 
Ocasionalmente es necesaria la cirugía si la epicondilitis no responde al tratamiento conservador. La técnica no es tan eficaz como muchas otras intervenciones y no se recomienda a menos que se haya completado un programa adecuado de tratamiento no quirúrgico. La intervención consiste en la liberación de una parte de la inserción ósea del tendón. Esto disminuye la tensión del tendón y permite que mejore la vascularización de los tejidos, necesaria para el proceso de cicatrización. Tras la cirugía, es conveniente continuar con los ejercicios de estiramiento y potenciación para prevenir recidivas. La recuperación completa se consigue generalmente entre seis semanas y cuatro meses.

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